PARA USAR EN FRÍO:

Simplemente métela en el congelador un par de horas. Al sacarla el gel se habrá enfriado pero seguirá siendo moldeable. Para los primeros instantes es recomendable usar un pañuelo entre el antifaz y la cara, para evitar posibles quemazones o excesivas rojeces. Pasado 30 minutos, la compresa volverá a estar tibia. Para un posterior uso, simplemente hay que volver a meterla en el congelador y listo.

PARA USAR EN CALOR: 

Con el antifaz a temperatura ambiente, meter en un cuenco de cristar y rellenarlo de agua hasta que cubra por completo el antifaz. Meter en el microondas unos minutos (hay que asegurarse que ninguna parte del antifaz toca las paredes del microondas o podría derretirse) y ya está listo para usar como compresa de calor.