En este sentido, es posible que los músculos del suelo pélvico se debiliten. Es decir, que no dispongan de la fuerza o la rapidez suficiente para realizar sus funciones correctamente, lo que podría ocasionar problemas con el funcionamiento urinario, intestinal y sexual.

¿Qué es el suelo pélvico?

Se denomina suelo pélvico a una serie de músculos y ligamentos que sujetan la vejiga, el útero (matriz) y el intestino. Desde estos órganos, la uretra de la vejiga, la vagina del útero y el ano del intestino pasan por el suelo pélvico.

Por esta razón, los músculos del suelo de la pelvis se adhieren al hueso púbico por delante y al hueso de la cola por detrás, así como a la base de la pelvis.

Dolor en el suelo pélvico ¿Qué hacer?

Según los síntomas y el grado de dolor de la persona, es posible recibir tratamiento de un médico de cabecera, de un fisioterapeuta, de un ginecólogo, de un gastroenterólogo, de un anestesista especializado en dolor pélvico o de un cirujano del suelo pélvico.

En caso de presentar alguno de estos síntomas, deben ser tratados por un especialista:

1. La necesidad de ir al baño con frecuencia. Quizá tenga la sensación de tener que "forzar la salida" o de parar y comenzar de nuevo muchas veces.
2. El estreñimiento, o un dolor de esfuerzo al evacuar. Se considera así que hasta la mitad de las personas con estreñimiento de larga duración padecen una disfunción de los músculos del suelo pélvico.
3. Cambiar de posición en el inodoro o usar la mano para facilitar la eliminación de las heces.
4. La pérdida de heces u orina, conocida como incontinencia.
5. Dolor al orinar.
6. Experimentar dolor en la parte baja de la espalda.
7. Sensación de dolor continúo en la región pélvica, los genitales o el recto, con o sin evacuación intestinal.

Fisioterapia del suelo pélvico

La finalidad de la Fisioterapia del Suelo Pélvico consiste en mejorar la función de este mediante ejercicios con el objetivo de fortalecer la musculatura, modificaciones del estilo de vida, instrucción y tratamiento práctico para reducir y eliminar sus síntomas.

Electroestimulador para suelo pélvico

Con la estimulación eléctrica del suelo pélvico no es necesario realizar ningún tipo de tratamiento para tratar la incontinencia, la polaquiuria y la urgencia urinaria.

Esto quiere decir que, mediante la estimulación eléctrica del suelo pélvico, se aplica una corriente eléctrica reducida (semejante a la de las unidades "TENS" que se emplean en fisioterapia) para estimular la musculatura y generar con ello una reacción similar a los ejercicios de Kegel (un ejercicio físico dirigido a la musculatura del suelo pélvico).

De esta manera, gracias al movimiento es posible consolidar estos músculos del suelo pélvico, mejorando así la frecuencia urinaria, la urgencia y la incontinencia, y reforzando los músculos del suelo pélvico y los de la vagina.

Ejercitador suelo pélvico

Para ser eficaces, los ejercicios del suelo pélvico tienen que hacerse con regularidad y correctamente. Se recomienda hacer los ejercicios de suelo pélvico por lo menos una vez al día, intentando hacer una serie de cinco repeticiones cada vez.

Sin embargo, es difícil ejercitar un conjunto de músculos que no puedes ver, y por ello es muy útil disponer de un dispositivo que ayude a mejorar determinados músculos y eliminar las incertidumbres de los ejercicios del suelo pélvico.

Siguiendo esta idea, un ejercitador del suelo pélvico es un instrumento de formación pequeño e inteligente con el que podrás realizar fácilmente cualquier ejercicio para mejorar el estado del suelo pélvico.

Este aparato, el cual se sitúa en el interior de la zona vaginal cuando se está utilizando, se conecta a una App de tu smartphone y te guía a través de ejercicios amenos, de cinco minutos para fortalecer y tonificar tu suelo pélvico.

Ejercicios suelo pélvico ¡Imprescindibles!

Con el fin de abordar las cuestiones referentes al suelo pélvico, aconsejamos realizar estos ejercicios:

Kegel rápido: El Kegel rápido requiere contracciones rápidas del suelo pélvico para ayudar a activar los músculos más rápido y más fuerte para detener las fugas al estornudar o toser.

• Primero, acuéstate en el suelo con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Cuando este ejercicio resulte más fácil, intenta sentarte o ponerte de pie mientras lo haces.
• Localiza a los músculos del suelo pélvico usando los consejos descritos anteriormente.
• Al exhalar, lleva el ombligo hacia la columna vertebral y rápidamente contrae y suelta los músculos del suelo pélvico. Trata de que la contracción dure 1 segundo antes de soltarla.
• Mantén un ritmo de respiración estable en todo momento.
• A continuación, descansa durante 10 segundos. Ejecuta de 2 a 3 series.

Deslizamiento del talón: Deslizar los talones favorece la contracción del suelo pélvico al tiempo que ejercita los movimientos abdominales profundos.

• Comienza acostándote con las rodillas flexionadas y la pelvis en posición neutral.
• Inhala hacia la caja torácica y exhala por la boca, haciendo que las costillas queden comprimidas de forma natural.
• Levanta el suelo pélvico, cierra el núcleo y aleja el talón derecho de ti. Ve tan lejos como puedas sin perder la conexión con tu núcleo profundo.
• Vuelve a encontrar la posición inferior, después inhala y devuelve la pierna a la posición inicial.
• Repite y haz 10 deslizamientos en cada lado antes de cambiar a la otra pierna.